lunes, 6 de diciembre de 2010

Les cuento un poquito más...

Sigo con mi relato....
El lunes tempranito llegamos a la segunda escuela.  La Escuela Especial Nº 27 en Colonia Tatacuá está a 95 km de Corrientes Capital.  Tierra colorada en casi todo su trayecto y cañas tacuara en galerías.  Vimos hormigueros gigantes, algunos hasta de 1 metro de altura.
Casi todos los chicos provienen de familias numerosas, con padres alcohólicos y ausentes.  Los mayores deben quedarse en su casa para cuidar a sus hermanos y por eso se atrasan en la escuela.  Las maestras rurales son dignas de admiración, deben ser madres, hermanas, maestras y a veces padres de los padres.  En esta escuela hay chicos con diversos problemas, desde psicológicos, motores y de aprendizaje.  Muchos por la falta de contención en su casa.  Muchos son abusados por sus familiares.  Es muy triste ya que lo que los maestros hacen es un grano de arena en un inmenso desierto.  Algunos son violentos porque en sus casas no aprenden otra cosa más que eso.  Las chicas más grandes están aprendiendo a tejer al chochet y los chicos a trabajar en la huerta.  Siempre apuntando a insertarlos en la sociedad y que puedan valerse por si solos.






Esa noche dormimos en la escuela pero antes comimos este arroz con pollo preparado por los maestros y porteros.
La huerta de los chicos
Y el cartel de bienvenida que nos regalaron

Pero como siempre todo se termina y aunque nos diera pena irnos nos tuvimos que despedir hasta el año próximo.



Mañana les cuento la última parte, la llegada a la tercera escuela que visitamos en Sauce, Corrientes.  Hasta mañana!!!!

1 comentario:

  1. Que lindos momentos se ven en las fotos; y cuanta emoción en las caras de los chicos. Ese granito de arena que aportan los maestros y vos, sirve para que los chicos puedan tener un futuro mejor y conozcan que hay otra cosa a parte de la violencia, que es el amor. Besos.

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